La importancia de la Hidratación en niños y adolescentes
Nuestros cuerpos están hechos de aproximadamente un 70 por ciento de agua: es lo que constituye la mayor parte de nuestra sangre, jugos digestivos y sudor, y se encuentra en nuestros órganos y células musculares.
El agua se utiliza para metabolizar el combustible, regular la temperatura corporal y digerir los alimentos. El agua permite que nuestro cuerpo realice todas sus funciones durante el día, se mueve continuamente y se pierde en la orina, el sudor, las lágrimas, la sangre y el aire que respiramos. Los niños, en particular, deben asegurarse de rehidratarse, ya que el agua es la forma principal en que regulan la temperatura de su cuerpo.
El agua no contiene energía, y en la mayoría de los estados de Australia, el agua del grifo ha sido fortificada con fluoruro para ayudar a proteger contra la caries dental. El suministro de agua de Australia es uno de los más seguros y económicos del mundo, por lo que beber agua del grifo es rentable y bueno para la salud.
¿Cuánta agua necesitan los niños?
La cantidad de agua que necesita un niño está influenciada por la cantidad de actividad que realiza, la temperatura del clima y su dieta y salud. Siempre es importante recordarles a los niños que beban, pero como guía general, los niños de hasta 8 años deben tomar un mínimo de 4 a 5 vasos de agua al día. Los niños mayores de 8 años necesitan al menos 6-8 vasos de agua al día.
¿No hay agua en nuestros alimentos?
Incluso los alimentos que no parecen tener humedad contienen agua. La cantidad de agua que puede obtener de los alimentos puede representar hasta aproximadamente el 20 por ciento de sus necesidades diarias.
¿Cómo hago para que mi hijo beba agua?
La investigación ha demostrado que agregar sabor al agua puede aumentar la cantidad de líquido consumido voluntariamente. Sin embargo, es importante tener cuidado con la cantidad de kilojulios (energía) que se pueden consumir al mismo tiempo. Pruebe estos consejos para ayudar a aumentar la ingesta de agua en los niños:
• Agregue una rodaja de limón o lima para darle un sabor diferente al agua (solo a veces, ya que es ácido y puede ablandar el esmalte de los dientes)
• Asegúrese de que su hijo tenga siempre una botella de agua a mano
• Use hierbas como la menta o especias como el jengibre para darle sabor al agua
• Congele frutas frescas y utilícelas como cubitos de hielo en vasos de agua
